La poetisa Sor Juana Inés de la Cruz, cuyo verdadero nombre era Juana Inés de Asbaje y Ramírez de Santillana, fue una de las escritoras más prolíferas de lo que se conoció como el Siglo de oro de la literatura.
Actualmente, los poemas de sor Juana Inés de la Cruz continúan vigentes vigentes debido a la actualidad de sus palabras. Algunos de los temas que cubrió tienen vigencia hasta hoy. Como la perspectiva de género que tenía y la visión del papel de la mujer en la sociedad de ese momento.
La poeta sor Juana Inés de la Cruz nació en México, específicamente en San Miguel Neplanta. Sor Juana era una religiosa que se dedicaba escribir y reflexionar sobre temas que no eran tocados por una mujer, por lo que sus palabras resuenan hasta hoy.
Su obra data del siglo VII conocido como el Siglo de oro de la literatura en español. Y aunque por mucho tiempo su obra fue desconocida o dejada de lado, actualmente los poemas de Sor Juana Inés dela Cruz son fuente de inspiración para muchos escritores de literatura y poetas.
A continuación, te invitamos a leer la poesía de sor Juana Inés dela Cruz.
Poesía de Sor Juana Ines de la Cruz, sobre la mujer
Uno de los puntos por lo que más se conoce a la poetisa es por su capacidad de dar voz a los sentimientos de las mujeres y su relación con los hombres. Esta novedad de la época se puede ver en la poeta sor Juana Inés dela Cruz, especialmente en los sonetos siguientes.
Hombres necios que acusáis
a la mujer sin razón
sin ver que sois la ocasión
de lo mismo que culpáis:
si con ansia sin igual
solicitáis su desdén
¿por qué queréis que obren bien
si las incitáis al mal?
Combatís su resistencia
y luego, con gravedad,
decís que fue liviandad
lo que hizo la diligencia.
Parecer quiere el denuedo
de vuestro parecer loco
al niño que pone el coco
y luego le tiene miedo.
Queréis, con presunción necia,
hallar a la que buscáis,
para pretendida, Thais,
y en la posesión, Lucrecia.
¿Qué humor puede ser más raro
que el que, falto de consejo,
él mismo empaña el espejo
y siente que no esté claro?
Con el favor y el desdén
tenéis condición igual,
quejándoos, si os tratan mal,
burlándoos, si os quieren bien.
Opinión, ninguna gana;
pues la que más se recata,
si no os admite, es ingrata,
y si os admite, es liviana.
Siempre tan necios andáis
que, con desigual nivel,
a una culpáis por crüel
y otra por fácil culpáis.
¿Pues cómo ha de estar templada
la que vuestro amor pretende
si la que es ingrata, ofende,
y la que es fácil, enfada?
Mas, entre el enfado y pena
que vuestro gusto refiere,
bien haya la que no os quiere
y quejáos en hora buena.
Dan vuestras amantes penas
a sus libertades alas,
y después de hacerlas malas
las queréis hallar muy buenas.
¿Cuál mayor culpa ha tenido
en una pasión errada:
la que cae de rogada,
o el que ruega de caído?
¿O cuál es más de culpar,
aunque cualquiera mal haga:
la que peca por la paga,
o el que paga por pecar?
Pues ¿para qué os espantáis
de la culpa que tenéis?
Queredlas cual las hacéis
o hacedlas cual las buscáis.
Dejad de solicitar,
y después, con más razón,
acusaréis la afición
de la que os fuere a rogar.
Bien con muchas armas fundo
que lidia vuestra arrogancia,
pues en promesa e instancia
juntáis diablo, carne y mundo.
Un poema de sor Juana Inés de la Cruz sobre la belleza
Uno de los sonetos en de los poemas de sor Juana Inés de la Cruz cortos en donde habla sobre el sentido de la belleza, desde una mirada femenina.
Nos llama a reflexionar sobre cómo tomamos la belleza en nuestra vida. Además, invita a reflexionar sobre la belleza del conocimiento.
En perseguirme, Mundo, ¿qué interesas?
¿En qué te ofendo, cuando sólo intento
poner bellezas en mi entendimiento
y no mi entendimiento en las bellezas?
Yo no estimo tesoros ni riquezas;
y así, siempre me causa más contento
poner riquezas en mi entendimiento
que no mi entendimiento en las riquezas.
Poemas de Sor Juana Inés de la cruz cortos
En toda la creación se destacan también los poemas de Sor Juana Inés de la Cruz cortos donde en pocas palabras logra plasmar sus sentimientos sus pensamientos. En el siguiente, denominado “Con el dolor de la mortal herida” habla del desamor y del amor propio.
Con el dolor de la mortal herida,
de un agravio de amor me lamentaba,
y por ver si la muerte se llegaba
procuraba que fuese más crecida.
Toda en su mal el alma divertida,
pena por pena su dolor sumaba,
y en cada circunstancia ponderaba
que sobraban mil muertes a una vida.
Y cuando, al golpe de uno y otro tiro
rendido el corazón, daba penoso
señas de dar el último suspiro.
no sé por qué destino prodigioso
volví a mi acuerdo y dije: ¿qué me admiro?
¿Quién en amor ha sido más dichoso?
Poesía de sor Juana Inés dela cruz, sobre la fuerza de la naturaleza
Otro de los poemas de Sor Juana Inés de la Cruz cortos es el siguiente, en donde toma un panorama de la naturaleza para hablar del dios Neptuno.
Como en la regia playa cristalina
el gran señor del húmedo tridente
acompaña ideal, sirve obediente
a cerúlea deidad, pompa marina,
no de otra suerte, al Cerda heroico inclina
de almejas coronada la alta frente,
la laguna imperial del occidente,
y al dulce yugo la cerviz destina.
Tres partes del tridente significa
dulce, amarga y salada en sus cristales,
y tantas al bastón dan conveniencia:
porque lo dulce o lo civil se aplica,
lo amargo a ejecuciones criminales,
y lo salado a militar prudencia.
Poesía de sor Juana Inés dela cruz, sobre la esperanza
Asimismo, compartimos otro de los poemas dedicados a la esperanza.
Verde embeleso de la vida humana,
loca esperanza, frenesí dorado,
sueño de los despiertos intrincado,
como de sueños, de tesoros vana;
alma del mundo, senectud lozana,
decrépito verdor imaginado,
el hoy de los dichosos esperado
y de los desdichados el mañana:
sigan tu sombra en busca de tu día
los que, con verdes vidrios por anteojos,
todo lo ven pintado a su deseo:
que yo, más cuerda en la fortuna mía,
tengo en entrambas manos ambos ojos
y solamente lo que toco veo.
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